Para el SPA de las Artes, Xepa presenta un proyecto de intervención urbana que problematiza la relación entre la materia e su destrucción. Edificación y caída de los cuerpos - acción que es parte de serie homónima – si organiza a través de las tensiones establecidas por estrategias de deslizamiento: de la construcción al arruinar, del equilibrio al tumbar, de la presencia al desaparecimiento. De ahí viene la calidad de este proyecto, que disloca el objeto artístico del área de la visibilidad para el área de la ausencia, manteniendo, sin embargo, los rastros de su pasaje por el dominio urbano y cotidiano, convirtiendo Recife de ciudad a soporte.
Realizada en Argentina en 2007 – con el título El precio de los ladrillos no se pelea, en Paseo del Buen Pastor, Córdoba, como parte de la programación del Festival de Teatro MERCOSUR - y prevista para DEFORMES – 2ª Bienal Internacional de Performance/ Circuito Latinoamericano-2008 (“Nomadismo, Cuerpo y Ciudad: desplazamientos y desplazados”), a ser realizada en noviembre de este año en Chile, la serie de acciones Edificación y caída de los cuerpos encuentra, en el SPA de las Artes de Recife 2008, su primera instancia de ocurrencia en Brasil. Creemos que este carácter de ineditismo da fuerza a la eficacia simbólica de la intervención propuesta, que convoca el espacio público como un componente físico y humano de las formas que serán edificadas. Utilizando procedimientos y recursos técnicos usuales, ordinarios y elementares de construcción – el ladrillo y el cuerpo que lo carga y lo apila – esta acción subvierte su utilización funcional en una actuación marcada por la poética singular de una obra que desborda: en el lugar de la durabilidad y de la resistencia, el exceso y los escombros.
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Edificación y caída de los cuerpos es una acción donde los integrantes de XEPA trabajan en silencio por cerca de dos horas construyendo paredes de ladrillos que, cuando llegan en el límite do su equilibrio, si desarman. A cada caída es iniciada la construcción de una otra pared que tiene por fin también la caída. Al término de 3.000 ladrillos queda el rastro de la acción que, en el acto de construir, termina por edificar una ruina.
1 – Erguir una pared con ladrillos de barro quemado;
2 – Apilar los ladrillos hasta que si rompa la línea de fuerza que los sostiene;
3 – Dejar que la pared si desmorone;
4 – Empezar a construir otra pared y repetir los ítems 1, 2 e 3 hasta que si terminen los ladrillos.
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